NARRADORA FEMENINA La Declaración Universal de los Derechos Humanos no es una ley, sino una norma. Por primera vez en la historia, teníamos una lista de derechos humanos fundamentales que todos los países del mundo debían promulgar y proteger. En diciembre de 1948, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, bajo la dirección de Eleanor Roosevelt, desarrolló una lista de 30 derechos que le corresponden a todo ser humano del mundo. Pero primero escribieron por qué el mundo la necesitaba: NARRADOR MASCULINO Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, NARRADORA FEMENINA Luego dijeron por qué era tan importante: NARRADOR MASCULINO Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; NARRADORA FEMENINA Inmediatamente siguieron con una visión para un futuro mejor: NARRADOR MASCULINO y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias, NARRADORA FEMENINA La Declaración Universal de los Derechos Humanos no es un documento legalmente vinculante, pero con el tiempo se convirtió en la norma que usamos para medir los compromisos de un país con el avance y la seguridad de la humanidad. Más que nada, la Declaración Universal de los Derechos Humanos es una llamada a la acción. Nos recuerda a todos —desde los ciudadanos hasta los líderes mundiales— nuestra humanidad compartida y nuestro compromiso con la justicia económica, social y civil. NARRADOR MASCULINO Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, NARRADORA FEMENINA La Declaración también nos recuerda que aún queda un camino por recorrer. Cada día se violan e ignoran derechos humanos en el mundo, e incluso aquí, en nuestras propias comunidades. Queda mucho por hacer: seamos quienes seamos, estemos donde estemos. Si los Derechos Humanos Universales son para mí y para usted, son para todos. Sin excepciones. Para escuchar una grabación de Eleanor Roosevelt leyendo la sección final del Preámbulo de La Declaración Universal de los Derechos Humanos, presione el botón Reproducir ahora.

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