NARRADOR Delitos contra la paz. Crímenes de guerra. Crímenes contra la humanidad. Esos fueron los cargos presentados contra 22 acusados —todos líderes nazis superiores— en octubre de 1945. El nuevo Tribunal Militar Internacional de jueces estadounidenses, soviéticos, británicos y franceses estuvo a cargo de los juicios en Núremberg, Alemania. El superviviente Fred Rodell actuó como interrogador en los juicios de Núremberg: VOZ MASCULINA “Básicamente, en todos los casos, la mayoría de los acusados siempre culpaban a otros de lo que ellos habían hecho. Decían que habían cumplido órdenes y culpaban a otros, y muy probablemente a otros que ya no vivían…” NARRADOR Los juicios de Núremberg eran sobre los crímenes de guerra en general, no específicamente sobre las atrocidades contra los judíos. En un año, el tribunal emitió los veredictos, incluidas doce sentencias a muerte. Dado que Hitler y varios otros nazis superiores se habían suicidado cuando terminó la guerra, escaparon del juicio por completo. Adolph Eichmann, considerado uno de los arquitectos de la “Solución final”, había escapado también, pero vivo. Más de quince años después se descubrió que estaba escondido en Argentina, fue capturado por cazadores de nazis y llevado a Israel, donde fue juzgado. A diferencia de Núremberg, este juicio fue llevado a cabo por judíos, esencialmente víctimas y supervivientes del Holocausto. Con un aspecto completamente común, Eichmann, sentado dentro de una cabina de vidrio a prueba de balas, escuchó cómo el procurador general israelí nacido en Polonia Gideon Hauser ilustremente lo acusaba: VOZ DE PERSONAJE—MASCULINA “No estoy solo. Conmigo hay seis millones de acusadores. Pero no pueden alzarse y apuntar un dedo acusador al que está sentado en el banquillo y gritar: ‘Yo acuso’. Sus cenizas están amontonadas en las colinas de Auschwitz y los campos de Treblinka y esparcidas en los bosques de Polonia. Sus tumbas están dispersas a lo largo y ancho de Europa. Su sangre clama, pero su voz no se escucha. Por lo tanto, seré su portavoz y, en su nombre, desplegaré la asombrosa acusación”. NARRADOR El juicio continuó durante cuatro meses, con testimonios de una víctima tras otra, con detalles horrendos, crueles y desgarradores. Se proyectaban películas de los campos de exterminio en la pared. Fue el primer juicio que se transmitió por televisión y, para muchos, la primera vez que se contaron los detalles del Holocausto. Como era de esperar, Eichmann afirmó que él simplemente cumplía órdenes. En diciembre de 1961, Eichmann fue declarado culpable de todos los cargos y, frente a todo el mundo, condenado a muerte. Seis meses después del veredicto, fue ejecutado. La revelación completa del Holocausto hizo surgir a innumerables supervivientes para contar sus historias a pesar del trauma implicado. Cuando el mundo se despertó, surgió un grito: “Nunca más”.