NARRADOR A medida que los historiadores aprenden más sobre el Holocausto y obtienen más información sobre cómo funciona el genocidio, ajustan su lenguaje para reflejar la realidad de lo que sucedió. Por ejemplo, antes se usaba el término “exterminación” para describir los asesinatos del Holocausto. Sin embargo, la palabra “exterminación” tiene un uso específico porque describe la matanza de alimañas tales como ratas, insectos, enjambres, criaturas sucias, y no seres humanos. Esas mismas imágenes, de alimañas, se usaban en la propaganda nazi para representar a los judíos, para aislarlos y denegarles la calidad de personas. Durante el Holocausto, los judíos no fueron exterminados. No eran alimañas. Eran personas que fueron asesinadas por otras personas. Todos los campos fueron campos de exterminio porque en todos ellos ocurrían muertes. Si las víctimas sobrevivían o prosperaban, el sistema había fallado. Los campos de concentración eran instalaciones en donde se confinaba a una concentración de personas. Algunos campos de concentración eran campos de trabajo esclavo que alimentaban a las industrias locales con trabajadores prescindibles. Los hacían trabajar hasta la muerte. Walter Kase: VOZ MASCULINA “Nosotros trabajamos en este campo, trabajamos con polacos que vinieron a trabajar. Vinimos como trabajadores esclavos. No nos pagaban por trabajar”. NARRADOR Allen Wayne: VOZ MASCULINA “Llevaron a mucha gente a trabajar en la fábrica de armas de fuego. Me llevaron a mí. Me pusieron en la fábrica de pistolas, en las máquinas de pistolas... Yo trabajé en tres máquinas, no había manera de que pudiera hacer bien el trabajo y rompí muchas herramientas... así que me advirtieron... Si eso volvía a suceder, me fusilarían…” NARRADOR Sin embargo, algunos campos tenían un propósito específico especializado: el asesinato. Se diseñaron seis centros de exterminio para asesinar a los inocentes con eficiencia e ingenio. Eran fábricas de la muerte, los motores de la “solución final”. Auschwitz-Birkenau fue el centro de exterminio más grande y el más mortal; ahí se asesinó a 1.1 millones de personas. Chelmno fue el lugar donde se asesinó a un cuarto de millón de personas por asfixia con monóxido de carbono. En Belzec se asesinó aproximadamente a medio millón de personas en 10 meses. En Sobibor se ejecutaron hasta 200,000 judíos en cámaras de gas. En Treblinka se podía asesinar de 8 a 10 mil personas por día en su cámara de gas, y se totalizaron 925,000 asesinatos. En Majdanek hacían tanto trabajos forzados como asesinatos. 40,000 judíos murieron en sus cámaras de gas. Otros 18,000 fueron asesinados en un fusilamiento masivo al que llamaron “el Festival de la Cosecha”.