Seurat pasó el último verano de su corta vida en la ciudad portuaria de Gravelines, justo al sur de Dunkerque. Aquí realizó cuatro cuadros del canal, en lienzos del mismo formato, pero siempre desde un punto de vista distinto y con una luz cambiante. Parece que para cada vista del puerto hubiera elegido conscientemente un momento diferente del día. De esta manera, la serie reflejaría el cambio de la luz a lo largo del día. En cambio, en las cuatro obras utilizó un punteado uniforme y fino. A menudo aplicaba puntos más pequeños en medio de puntos más grandes. Este método le permitía aportar ingeniosos contrastes y acentos. El resultado es una luz pura, suave y difusa.

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AB

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