Van Gogh pintó esta obra de noche, porque los colores de noche son muy distintos a cuando es de día. Según un biógrafo temprano, para tener suficiente luz y poder pintar llevaba un sombrero con velas encendidas en el borde. Esto no es muy plausible, ya que el goteo de la cera de las velas le hubiera molestado. Probablemente trabajó a la luz de la lámpara de gas de la terraza. La lámpara de gas iluminaba la fachada y el toldo del café. Van Gogh reflejó este efecto con un color amarillo cálido, que contrasta significativamente con el azul intenso del cielo estrellado. Se trata de una decisión consciente, como se desprende de una carta a Theo: “Creo que la abundante luz de gas, que al fin y al cabo es amarilla y naranja, intensifica el azul”.

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AB

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